Durante la Cuaresma utilicé un libro interesante para “lectura espiritual.” Intitulado Privileged Planet (Planeta Privilegiado) es un libro de cosmología por los Drs. Guillermo González y Jay Richards. Antes yo había leído Rare Earth (Tierra No Común) que tenía la misma tesis chocante: nuestro planeta puede ser el único en la galaxia (o aun el universo) capaz de apoyar más que formas sencillas de vida. Muchos de nosotros crecimos con la idea que probablemente hay un gran número de planetas habitables, resulta que las condiciones para habitabilidad son mas complicados que antes imaginados. Privileged Planet toma la tesis un paso mas: “las mismas condiciones raras que producen un planeta habitable – que permiten la existencia de observadores como nosotros – también proveen el mejor lugar para observar.” Nuestro hogar terrestrial es “diseñado para la vida y diseñado para descubrimiento.”

Los científicos pueden debatir la tesis. El libro me hizo maravillar al universo en que nos encontramos: fuerzas físicas como gravitación y electromagnetismo fijadas en las primeras fracciones de segundos; la formación de estrellas que luego produjeron metales; el rol protector de gigantes de gas como Júpiter; lunas llenas de hielo; cometas y asteroides; nuestro propio satélite que exactamente cubre el sol durante un eclipse; platos teutónicos que causan terremotos y hacen posible la vida – y un montón de otros descubrimientos. Estos datos, que la ciencia ha descubierto, me hacen preguntar sobre el Dato que esta detrás de los otros. Si ellos están tan maravillosos, ¿Qué debe ser El?

Nuestro salmo dice, “Den gracias al Señor porque es bueno.” Como Tomas, extendemos una mano al Ser mismo. El gran poeta jesuita Gerard Manley Hopkins escribió, “El mundo esta cargado de la grandeza de Dios.”

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